Los cafés han sido desde antiguo lugares de creación e intercambio de ideas. Allí se han reunido intelectuales de todos los siglos para debatir, aconsejar, desarrollar el pensamiento o simplemente intercambiar opiniones, fumar, tomar una bebida caliente o un refrigerio y descansar. También hay quien ha leído la prensa diariamente o quien ha escrito su mejor obra, rodeado de esos muros centenarios y, a menudo lujosos, que son los cafés de las principales ciudades del mundo. La primera tienda de café en París abrió en 1672 y estuvo en la avenida Saint Germain. Los que tienen más años recordarán un lugar delicioso que se llamaba la Girnalda de Julliete en la plaza de los Vosgos, lugar que por desgracia hoy ya no existe.
Hay otros lugares como el Café Florian de la plaza San Marcos de Venecia, que desde su apertura en 1720, continúa manteniendo su sabor dieciochesco. En carnavales sus paredes parecen recobrar vida y sobre sus sillas vuelven a sentarse personajes vestidos como el siglo XVIII, de manera que la patena del tiempo desaparece por unos días y deja al descubierto los secretos del reloj, tan bien guardados entre sus bellas paredes.
Lujo, misterio y, porque no, el placer de la lectura y la escritura pueden darse cita en estos paradigmáticos lugares de ocio. Acompáñenme a Viena, París, Madrid, Lisboa o Bilbao para recuperar el pensamiento de los escritores y poetas que se sentaron en sus sillones de terciopelo, y háganlo, por supuesto, con un buen libro en las manos.
Los cafés hoy son "Pasado llamando a Futuro". Casi todos tienen wiffi y el pensamiento, antes compartido en tertulias reducidas, puede ahora expandirse por el planeta, a través de las redes sociales. Viajamos en el tiempo y el espacio para mezclar nostalgia y proyectos en los mejores cafés del mundo:
El café New York de Budapest. Belle époque en esencia: Frescos de Gusztav Mannheimer y Ferenc Eisenhut, del siglo XIX; arañas venecianas y columnas salomónicas. Lectura propuesta: Fiasco de Imré Kerstez
El café La Paix de París, inaugurdo en 1862 y con vistas a la Opera. Tuvo como habituales en sus mesas a Oscar Wilde o Georges Clemenceau. Lectura propuesta: Los miserables de Victor Hugo
El café Imperial de Praga. Lectura propuesta: La mujer silenciosa de Monika Zgustova
El café Florian en la piazza San Marcos de Venecia. Lectura propuesta: El barón rampante de Italo Calvino
El café Frauenhuber en Viena, lugar frecuentado por Beethoven. Lectura propuesta: Fouché, el genio tenebroso (biografía) de Stefan Zweig.
El café Gijon de Madrid, refugio de Garcia Lorca y de Ruben Dario. Lectura propuesta: puesto que estamos en Madrid, vamos a leer a Quevedo por su forma inteligente de escritura. Propongo: Cartas del caballero de la Tenaza (1625), conseguirán reirse, o al menos sonreír.
El café Greco en Via Condotti de Roma, un lugar en el que todavía se puede escuchar el eco de las voces de Goethe, Hans Christian Andersen y Wagner o Listz. Lectura propuesta: Una donna de Sibilla Aleramo. (Abstenerse misóginos).
El café Iruña en Bilbao decorado con azulejos de primera calidad de inspiración mudéjar, con techos policromados y una amplia e importante colección de pinturas murales, data de 1903. Lectura propuesta: Me van a permitir que me cuele entre tanta masa gris, pero es que La ría de los afrancesados de una humilde y novata servidora en esto de las Letras, es una novela que refleja muy bien el ambiente dieciochesco bilbaino y lo dice la autora: Ascension Badiola. En cualquier caso, se divertirán con la novela.
Sitios y lecturas.