Si el teatro es una combinación de discurso, gestos,
escenografía, música, sonido y espectáculo, entonces la obra que Mephisto
Teatro escenificó ayer sábado en el teatro Barakaldo, era teatro con
mayúsculas. Representaron la conocida y ya vista en distintas versiones “Donde
hay agravios no hay celos”, una obra de Fernando de Rojas , que como casi todas
las de su época (mediados del siglo XVII), contiene un enredo con hombre
descendiendo de la balconada de una dama, hija de un noble, cuyo enamorado, don
Juan de Alvarado, lo ve y decide entrar en la casa de su suegro como invitado,
pero intercambiándose los papeles con su propio criado para no ser reconocido y
así poder investigar lo que en ella está pasando, la única forma de comprobar
si se está dando un agravio contra su honor o si se trata de simples celos.
Hasta este punto todo era previsible ayer, y podría decirse
que se trataba una vez más de la típica comedia del Siglo de Oro, vista y
revista por los amantes del género, sin embargo, los espectadores del Barakaldo
tuvieron ayer alguna que otra sorpresa con la que justificar más que
sobradamente el dispendio de 18 euros que cuesta la entrada (13,50 para los
amigos del teatro).
La primera fue el original vestuario diseñado por Tony
Diaz, colorista, elegante, fabricado con papel, cartón, maderas y otros
materiales de reciclaje, un conjunto de materiales formando estructuras extrañas a la vista, en
definitiva, trajes dignos de formar parte de la más alta herencia tramoyista y
un placer visual. Los nueve personajes de esta obra se presentan con las caras
pintadas de blanco, maquillados labios y ojos, como saltimbanquis con
vestimentas barrocas, una apariencia dieciochesca de teatro bufo.
La segunda fue la calidad y el dinamismo de la
escenografía de esta compañía internacional que, bajo la dirección de Liuba
Cid, acoge actores, actrices, bailarines y músicos de gran experiencia
procedentes de Cuba y España. Como una
imagen vale más que mil palabras, he aquí varias muestras de su gran
expresividad.
Fotos tomadas de http://artepromociones.es/esp_agravios.html
La tercera fueron los actores y actrices y en esta ocasión
voy a brindar, sin desmerecer al resto del reparto, por los que interpretaron
el papel de don Lope, Rey Montesinos y los de los criados Sancho y Beatriz, Justo
Salas y Dayana Contreras, todos cubanos, artistas frescos, alegres, llenos de
vigor, que al menos ayer, la primera vez que los he visto,
derrocharon vehemencia y gracia a raudales para lograr un espacio de arte.
La cuarta fue la versión peculiar de la obra de Fernando de
Rojas, una visión muy contemporánea y antigua a la vez, al más puro estilo de
los comediantes callejeros que recorrían las plazas de nuestras ciudades en tiempos
pasados con una conciencia teatral pura que ridiculiza la parte hipócrita,
interesada e innoble de los personajes y, por tanto, de aquella sociedad de
antaño.
Fernando de Rojas con acento cubano fue un gran
descubrimiento ayer, en el teatro Barakaldo, que este año ha casi culminado su
programación con notable alto, al contratar arte de gran calidad. En cuanto a Mephisto Teatro, si su gira
recae en su ciudad, háganme un favor, ¡no se lo pierdan!
Ascension Badiola
(novelista y aficionada
al teatro)